lunes, 12 de enero de 2015

TALLER PARA EMPRENDEDORES

TALLER PARA EMPRENDEDORES

Hoy quiero compartir con todos los lectores de “El salto de los delfines” una experiencia muy positiva que he vivido durante las últimas semanas.

Hace un mes me llamaron desde la Fundación ONCE por si quería realizar un taller para emprendedores sobre la creación de un negocio, pues en una entrevista que me hicieron no descarté la posibilidad de montarme algo por mi cuenta. Solo había dos requisitos: estar en el paro y tener alguna discapacidad. Al principio tuve dudas, pero al final decidí apuntarme y romper con mi burbuja. Me hacía falta salir de la rutina y tener nuevas experiencias, pensé que era una buena oportunidad. Estudié cómo desplazarme hasta Valencia y mi hermana me ofreció la posibilidad de que me quedara a dormir en su casa durante las tres semanas que duraba el curso. Me hacía ilusión, aunque tenía miedo porque era algo nuevo y tenía que enfrentarme a las dificultades que produce el hecho de estar ciega. Pero esta vez no dejé que el miedo me bloqueara un deseo.

El primer día del curso me acompañó mi madre y estuvimos practicando el trayecto para ir sola con el bastón desde el metro hasta el aula y viceversa. Pero encontré a un duende solidario que se ofreció a acompañarme todos los días, era un compañero de clase que se llama José Manuel con el que establecí un pacto de espontaneidad y cada mañana se convertía en mi guía. Compartimos risas, comentarios y reflexiones, pero José Manuel consiguió que recuperara la fe en la solidaridad de la gente. Aunque en realidad no me puedo quejar, porque todos los compañeros del taller eran buena gente y me hicieron sentir que yo era una más, me integré en el grupo y me sentí muy a gusto entre ellos. Todos me guiaron en algún momento, íbamos a desayunar a una cafetería y compartíamos experiencias, dudas, ilusiones, contradicciones y esperanzas. Cada uno tenía su historia, cada uno tenía sus propias limitaciones, pero todos teníamos algo en común: la vida nos obliga a luchar contra las dificultades para seguir adelante con una sonrisa entre los dientes. Todos hemos aprendido, cada uno a su manera, a poner al mal tiempo buena cara.

Mis compañeros del taller para emprendedores
Mis compañeros del taller para emprendedores


Hemos aprendido muchas cosas y ahora sabemos todo lo que hay que tener en cuenta a la hora de poner en marcha nuestro negocio. Hemos aprendido a diseñar un plan de empresa en condiciones, a pensar con calma, a desarrollar nuestra creatividad, a presentar nuestra idea ante unos hipotéticos inversores, a defender nuestro proyecto frente a la reticencia de los demás. Pero sobre todo hemos aprendido a escuchar y a enriquecernos con los comentarios de los demás. Este curso nos ha servido para ampliar nuestros horizontes y abrir la mente a nuevas posibilidades. Además, se han producido sinergias interesantes y posibles colaboraciones entre distintos proyectos.

Hemos tenido dos profesores que han sabido transmitirnos sus conocimientos y que han conseguido que el curso sea bastante ameno, a pesar de los inevitables días malos cuando el temario se hacía más árido. Javier estuvo con nosotros los primeros días y nos ayudó a desarrollar nuestras ideas a través de diversas técnicas para fomentar la creatividad, fue muy divertido y en ese instante confirmé lo que ya sabía, soy una persona creativa, sobre todo en la escritura y mi cabeza es una olla a presión en movimiento constante. Luego vino María y empezamos a trabajar con el plan de empresa punto por punto. María tiene una voz cálida y ha demostrado que sabe adaptarse a las necesidades del grupo, se esfuerza en hacer que la clase funcione y sabe comunicar y llegar a sus oyentes. Los dos profesores fueron muy amables y dieron muchas facilidades para integrar a todos los alumnos.

En general hubo un buen ambiente y estoy satisfecha de haber participado en este fluir de circunstancias, porque para mí no ha sido solo un taller para emprendedores, sino que esta experiencia me ha dado fuerzas y energía para seguir luchando por mis sueños. No sé si algún día abriré mi propio negocio y lanzaré al mercado la revista cultural que ya existe en mi mente esperando el momento para convertirse en una realidad. Pero hoy siento que estas semanas he ganado muchas cosas: he adquirido nuevos conocimientos, he conocido a gente maravillosa, me he reído, me he demostrado a mí misma que soy capaz de aceptar nuevos retos y superarlos con éxito y además he vivido una temporada con mi hermana y hemos mejorado nuestro vínculo afectivo.

Pero lo más importante de todo es que esta experiencia me ha subido la autoestima porque me ha hecho recuperar un viejo lema que siempre ha marcado mi vida: “querer es poder”. Nunca lo olvidéis, la luz y la energía están dentro de uno mismo y solo hay que creer que podemos alcanzar nuestros sueños para que aumenten las posibilidades de conseguirlo. Porque la fe mueve montañas, aunque a veces necesitamos un pequeño empujón y una pequeña dosis de suerte. Tal vez simplemente se trate de estar en el lugar adecuado en el momento oportuno. O, como dice José Manuel, el truco esté en ver siempre el vaso medio lleno. Estoy contenta porque llegué al taller con un montón de dudas y salgo con la mochila llena de energía, ilusión y alegría.



Maria Sentandreu

5 comentarios:

  1. ¡Enhorabuena! María por atreverte con el taller para emprendedores ó emprendedoras.
    Como siempre me gusta como escribes. Solo aclarar el viejo lema "querer es poder", es así?, o se ha colado un "duendecillo" .
    Rafa Rubio

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  2. Me alegro mucho Maria! Que no se vaya esa energia que has recuperado!! Conseguiras lo que te propongas

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  3. Gracias, Rafa, por dejarme un comentario. Creo que “querer” es el primer paso para “poder”, aunque hay veces que no tenemos la suficiente motivación o energía para intentarlo. El truco está en no rendirse y seguir adelante a pesar de todo. Ya sabes, levantarse tras cada caída y seguir caminando.

    maria Sentandreu

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  4. Se agradecen tus palabras de ánimo, Gracia. Un beso. Maria Sentandreu

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  5. Hola María.
    Como muy bien dices fue muy enriquecedor para todos, pero tu presencia lo hizo muchísimo más.
    Espero que nos volvamos a encontrar pronto.
    Un beso.

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